El anteproyecto de ley de prevención de residuos y uso eficiente de los recursos de Catalunya, presentado el pasado mes de abril, está a punto de entrar en fase de exposición pública. Esta futura ley tiene como objetivo promover la economía circular y el propósito de alinear las políticas de Cataluña con las de la Unión Europea, además de cumplir con la normativa sobre cambio climático, incentivando la reutilización y el reciclaje para superar la cultura de los productos desechables.

Fomento de la economía circular

Ante la urgencia de la emergencia climática y los recursos limitados del planeta, el consejero de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, David Mascort, subrayó la importancia de abordar esta situación desde todos los frentes, incluyendo la gestión de los residuos. Así, Mascort afirmó que “esta nueva ley no sólo pretende regular la recogida y el tratamiento de los residuos, sino que aspira a transformar la forma en que producimos, consumimos y gestionamos los materiales en nuestra sociedad”.

Durante la presentación, se destacaron diversos aspectos clave del anteproyecto de ley, como la incorporación de medidas preventivas, la promoción de la economía circular y la responsabilidad ampliada del productor. Además, se hizo hincapié en la importancia de la colaboración entre los diferentes actores de la sociedad, incluyendo los gobiernos locales, las empresas y la ciudadanía, para conseguir el éxito de esta iniciativa.

La propuesta, que ya empezó hace unas semanas la tramitación administrativa previa a la aprobación del gobierno, está a punto de entrar en fase de exposición pública, y después deberá superar el trámite parlamentario, aunque su recorrido es incierto a la espera de que se forme un nuevo gobierno después de las últimas elecciones catalanas. 

Los seis ejes de la ley

Para un uso eficiente de los recursos este anteproyecto de ley aboga por ajustar los procesos para que se utilicen los recursos mínimos, evitar sobreconsumos, y garantizar la calidad de producto y que este tenga una vida lo más larga posible. Se prohíbe, por ejemplo, el envasado innecesario de productos alimentarios en los comercios —en un plazo de 2 años— o la distribución y venta de los cartuchos y tóneres de impresora no reutilizables ni recargables —a partir del 1 de enero de 2025.

Por otra parte, el anteproyecto apuesta por la economía circular, como una nueva forma de relación entre el consumidor y los productos de uso diario. Promueve la normalización de nuevos modelos basados en los usos compartidos, centrados en los servicios y orientados a las personas. Entre otras medidas, prevé —en el plazo de 2 años— implantar un sistema de depósito, devolución y retorno para botellas de plástico, latas, briks y cristal que contengan bebida (agua, refrescos).

En lo que se refiere a la reutilización, el anteproyecto de ley incentiva el diseño y profundización en las propuestas para garantizar una larga vida útil de los productos, así como los circuitos para vidas múltiples de estos productos. Por ejemplo, los restaurantes estarán obligados —en el plazo de 2 años— a servir en vajilla que no sea de usar y tirar.

Esta nueva norma incluye, asimismo, la responsabilidad ampliada del productor, con la implicación del sector empresarial e industrial en lo que se refiere a la vida útil del producto y el final de vida que este tendrá. Según el anteproyecto, en un plazo de 2 años, “los productores pagarán los costes relativos a la gestión de los residuos, incluidos la recogida, el transporte y el tratamiento, así como los costes relativos a los impactos medioambientales (emisiones de gases de efecto invernadero) de los siguientes productos: pañales, compresas, tampones, toallitas húmedas, papel y cartón no envase, aceites vegetales usados ​​y agujas y objetos punzantes”.

La prevención de residuos para evitar que existan productos o materiales que queden sin uso también se contempla en el anteproyecto. Desde los cambios en el diseño, en la producción o distribución hasta cambios en los usos de los productos que eviten que estos acaben desechados.

Finalmente, la norma tiene en cuenta la gestión de residuos, con una propuesta de transitoriedad hacia un modelo más efectivo y eficiente que deje atrás la pérdida de valor de los materiales. Las medidas que prevé se enfocan a realizar una recogida de residuos más individualizada, dejando atrás el anonimato, con el objetivo de obtener una fracción más limpia. 

El anteproyecto de ley prevé alcanzar un 55% de recogida selectiva de residuos domésticos y comerciales en 2025, y un 70% de recogida selectiva en su conjunto para el año 2035.

Podéis encontrar toda la información sobre el anteproyecto de ley de residuos y uso eficiente de los recursos de Catalunya en este enlace.